sábado, 17 de octubre de 2020

Soy peronista

Hoy fue un día que jamás hubieramos imaginado... sin embargo acá estamos. 
En medio de tanta emoción y reflexión sentí la necesidad de compartir con mis padres ausentes esta felicidad de ser tantxs y estar tan juntxs a pesar de no poder poner nuestros cuerpos presentes en las calles.
Bien, así quedó el brevísimo homenaje a quienes me hicieron peronista de chiquita.



 

domingo, 13 de marzo de 2016

domingo, 28 de abril de 2013

Un poema de Fernando Pessoa / Alberto Caeiro


Mi mirar es nítido como un girasol
Tengo la costumbre de andar por los caminos
mirando para la derecha y para la izquierda,
y de vez en cuando mirando para atrás...

Y lo que veo a cada instante
es aquello que nunca había visto
y me doy buena cuenta de ello.
Sé tener la curiosidad esencial
que tiene un niño si, al nacer,
notara que nació de veras...
Me siento nacido a cada instante
para la eterna novedad del Mundo...

Creo en el mundo como en una margarita
porque lo veo. Pero no pienso en él,
porque pensar es no comprender...
El mundo no se hizo para pensar en él
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirar hacia él y estar de acuerdo...

Yo no tengo filosofía: tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que es
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama

ni sabe porqué ama, ni lo que es amar...

Amar es la eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar...

lunes, 4 de febrero de 2013

Biografía de mi padre

Lo que sé
Edgardo Anselmo Escobar, Papá, nació el 18 de agosto de 1937 en San Miguel de Tucumán. Hijo natural de la abuela Dora y el abuelo Francisco, quienes más tarde tuvieron otra hija, tía Marta, pero poco tiempo después se separaron para siempre. Dora se quedó con Martita y Francisco se lo llevó a Edgardo a vivir a Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes con su nueva mujer, la abuela Elsa. Lo internaron en el Colegio Don Bosco de esa zona y pasó largos años de su educación primaria entre los curas que le aguantaron tremendas travesuras y a pesar de todo lo tenían de monaguillo. Cuando hizo el secundario en Buenos Aires era un flaco para mi completamente desconocido. Entró en la facultad de medicina y ahí vinieron una serie de aventuras medio irregulares de las que me enteré hace poco una tarde que conversamos largo y tendido. Por suerte llegó el 29 de febrero de.... día en que por pura casualidad conoció en una guardia de mala muerte, a una médica recién recibida, Daniela Rodríguez, que era hermosa, dulce y delicadísima y que muy rápidamente sucumbió ante sus encantos y amabilidades. Siempre dijo que mamá le salvó la vida y será así nomás. Se amaron para siempre e igual de rápido que se casaron, el 26 de febrero de 1966, fuimos naciendo los cinco hermanos que hoy somos: Marcela Noemí (10/12/1966), Gabriel Edgardo (30/12/1967), Alejandro Diego (23/6/1969), Andrea Verónica (11/12/1970) y Fernando Pablo (26/1/1972). Se recibió después de haber nacido yo y trabajó toda su vida activa de médico. Fue cirujano plástico de vocación y también se dedicó a la piel, las várices y otras cuestiones que le daban de comer a la familia numerosa (porque mamá trabajaba de mamá, y no ganaba plata). En una época estudiaron homeopatía, los dos, y también la ejerció seria y consecuentemente, aunque en otra época dejaron ese universo y se pasaron al psicoanálisis que también estudiaron juntos unos años pero después  papá también lo dejó. Hubo otra época en la que se dedicó a asesorar una empresa de alimentos preparados de un conocido, y otra en la que estuvo completamente desocupado. Los últimos años de profesión los ejerció otra vez en guardias remotas de Moreno cuidando y salvando vidas y enseñándole a los pibes que hacían la residencia lo que era ser médico. Eso le encantaba. Disfrutaba entre la gente. Siempre fue peronista. Tenía mucha fuerza y desplegaba mucha actividad física en tareas hogareñas, aunque era gordo. Sufrió en serio cuando las rodillas se resintieron y ya no podía andar solo de acá para allá ni en auto ni caminando. Tenía una sensibilidad enorme para la música y otros esfuerzos artísticos. Me hacía unos comentarios sorprendentes cuando me escuchaba componer trabajosamente cosas para el conservatorio o las pocas veces que vio los espectáculos que hicimos con la murga. Entendía la idea detrás de lo que veía o escuchaba. La verdad es que siempre me sorprendía cuando mostraba conocer lo que yo sentía. Por eso lo extraño.
Lo que no
...(continuará)

lunes, 7 de enero de 2013

Viaje trunco

Hicimos un viaje sumamente inútil. Apenas llegamos tuvimos que regresar. Qué amargura. Qué tontos nos sentimos atados a cuestiones materiales que por otra parte son imprescindibles para ser lo que somos. Tus herramientas de trabajo, las puertas de entrada a tu casa, tu ropa, tus enseres...

sábado, 29 de diciembre de 2012

Viajes

Hace años que los años comienzan con un viaje. Tiempo y espacio se conjugan, otro tiempo, otros espacios... El tiempo de los viajes es el más placentero del año. Desde el escritorio las imágenes del viaje con el que comenzó el año me mantienen fresca la memoria de ese breve tiempo sin tiempo con el que hace años comenzamos el año. Del infinito año de trabajo no nos interesa guardar demasiado, es raro que volvamos a revisarlo. En cambio de esos contados días del viaje ocioso queremos guardar todo. Cómo es.

Balance

Este año supe que los actos de belleza y los actos de justicia me hacen pensar en mi padre. Creo que con él aprendí a emocionarme ante semejantes manifestaciones vitales. Sentí que tenía algo para decir. Que era justo y bello homenajearlo...
Que así sea.